Me eché a su lado mientras ella se recuperaba. Tenía una sonrisota enorme en la boca y su pecho todavía subía y bajaba agitadamente. Cuando recuperó el aliento volteó y me preguntó que por qué me iba a Austria,
-Nada, le dije, es un trato con mi papá. Él me mantiene, y yo trabajo en recuperar el tiempo perdido dos meses al año allá en su patria, por eso saqué el pasaporte, ¿te acuerdas?
- ¿Y cuándo viajas?
- El 13
- Entonces no tenemos tiempo qué perder

Se volteó para sacar algo de su mesa de noche y lo que vi fue algo que sólo había visto en fotos hasta ese momento: un dildo doble. Sin apoderarse de mí, ni tirárseme, ni volverse loca, me lo mostró como quien muestra una rosa: “Quiero que entiendas que esto es un acto de amor, ahora puedes irte si quieres, pero si te quedas tienes que entender que es un acto de amor” Yo no estaba preparada para una cosa como esa. Estuve a punto de pararme e irme pero todo lo que habíamos vivido pasó por mi cabeza y me di cuenta de que tenía al frente una mujer maravillosa. Así que en el mismo nivel de romanticismo, le di un beso a su dildo y me recosté.
Entonces ella pasó una de sus piernas sobre mí y se acomodó para montarme. La tenía sobre mí, con las piernas abiertas y con un dildo doble, rosado, hermoso, la tenía sobre mí en pleno acto de amor. Acercó su boca y me besó, y yo llevé mi mano detrás de su cuello y la apreté como para que no se me escapara. Llevó una de sus piernas entre las mías y frotó su muslo contra mi pubis. Sentí su pecho contra el mío así que bajé la mirada para vernos. Desde donde yo estaba, podía ver nuestros dos pares de tetas bamboleándose, nuestras dos barrigas juntándose llenas de sudor, y abajo ahí donde ya no podía ver, intuía nuestros sexos jugando a apoderarse el uno del otro. Cuando se sintió húmeda, Anita se agachó y humedeció mi sexo con su lengua (aunque realmente no lo necesitaba) Luego cogió el dildo y puso la punta de éste en el inicio de mi agujero, y presionó ligeramente. Un gemido escapó de mí. Luego lo sacó y lo volvió a meter, está vez ligeramente más adentro. Otro gemido vibró en mi boca. Siguió haciendo esto con tranquilidad hasta que la mitad del dildo estuvo dentro, luego sin hacerse el mismo trabajo para sí, se hundió la otra mitad en un segundo. Fue extraño sentirla tan cerca, sentirme inundada por dentro y al mismo tiempo sentir esa suave piel, ese olor embriagador. Nuestro dildo, no era como ese que yo tenía, que me hacía compañía y me satisfacía cuando estaba sola, éste por el contrario, me unía a Anita uniendo nuestros jugos, apretando nuestros sexos, haciendo que nuestras manos estén libres para obrar en nuestros cuerpos. Así mientras nos frotábamos, mis manos acariciaban ese trasero hermoso que adoré desde el principio y ella chupaba mis tetas como bebiendo sabia de mi cuerpo. Nuestras caderas iban y venían y mientras yo sentía algo en mi cuerpo que no había sentido antes. Explotamos en una bomba enorme, cuando terminamos yo tenía a Anita todavía sobre mí, sudando y vibrando, agitada todavía y con su pelo sobre mi hombro. Ese dildo nos convertía en un solo ser mitológico con cuatro piernas y cuatro brazos. Fue sólo ahí cuando comprendí a qué se refería con “acto de amor”.
Hola: si quieres compartir algo conmigo, fotos, dibujos, historias, etc, escríbeme a lulunaluna@gmail.com. También me dices si quieres que lo publique y bajo qué seudónimo (me reservo el derecho de edición)
0 comentarios:
Publicar un comentario
todos los mensajes son revisados antes de ser admitidos