lunes, 25 de enero de 2010

cartas con Anita

Querida Anita,
Perdona por no haberte escrito antes, esta ciudad pequeña tiene tantas y tantas personas que hacen cola para verme. Mi padre me lleva de un lado a otro y todas las personas que conozco me llevan por lo menos treinta años. Si al menos tú conocieras la ciudad, tal vez podrías decirme qué hacer o a dónde ir, pero supongo que es imposible para mí, porque lo poco que sé de alemán no me sirve de mucho aquí. El otro día compré unos zapatos y para hacerme entender con la vendedora utilicé una horrible mezcla de alemán, inglés y español que casi me hace comprar dos pares de zapatos en vez de uno, y para colmo estos germanos no tienen ni la menor idea de lo que es la yapa, elegante forma de ser amable con un comprador, aquí NADA es gratis, nada te viene de más, nada es amablemente convidado, con la extraña excepción del agua de caño “leitungswasser”
Lo peor de todo es que no estás aquí, no puedo oler tu cuerpo, no puedo enredarme en tus pechos, ni sorber el suave líquido de tu pubis. Te extraño cada mañana que despierto húmeda porque he soñado contigo, cada tarde que tu recuerdo hace que mi mano empiece a tocarme, cada noche que espero que llegue para poder soñar con tu cuerpo apretado al mío.

Te extraño
Lucía

Querida Lucía:
Sé que el amor para la mayoría es una cosa romántica y encantadora, para mí no. Lo siento mucho. El amor para mí es cuerpos sudados y una buena conversación luego del sexo. No esperes que te escriba a diario, ni siquiera una vez a la semana, no esperes que sueñe contigo, ni que te ame con locura, no esperes que piense tanto en ti que no me acueste con otros. Te extraño, lo admito, a veces me encuentro con tu olor en las sábanas y siento una necesidad casi orgánica de apachurrarte. Pero de ahí a ese afecto obsesivo, por favor, no me obligues a ser amable inventando ese tipo de cosas. Cuando vuelvas te iré a recibir al aeropuerto, y te llevaré a mi departamento y te desnudaré por completo sin que lo sientas y te haré el amor con todo mi corazón, pero mientras estés lejos, déjame olvidarte por un rato y no amarte de esa manera.

Un beso

Anna

He escrito estas líneas para que comprendan de qué manera me siento ahora. No sólo sin Anita y sin mi patria, si no que prácticamente libre de ataduras, con la posibilidad de tirar con quien quiera y sin poder si quiera comprender el idioma. Así que en cuanto recibí la carta y superé el shock del primer momento, me acerqué a mi padre y le dije “Sé que ha sido muy lindo y muy educativo salir juntos todos estos días, pero necesito urgente una buena noche de juerga” mi padre me miró con cara de “habla más lento” así que hice el gesto respectivo y le dije “quiero tomarme unos tragos”. Él sonrió y empezó una frase con “nosotros…” y yo lo detuve: “no papi no, nosotros no, nosotros de día, ahora necesito ir sola ¿a dónde voy”.

Después de una media hora de conversación de sordos, por fin logré que me dijera como llegar a un Irish pub cerca de nuestro departamento. Así que me puse la mejor ropa que había traído (luego la tapé con una horrible casaca, chalina, guantes y gorro) y salí a divertirme ¿qué tal si mañana les cuento qué pasó.

Hola: si quieres compartir algo conmigo, fotos, dibujos, historias, etc, escríbeme a lulunaluna@gmail.com. También me dices si quieres que lo publique y bajo qué seudónimo (me reservo el derecho de edición)

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