domingo, 3 de enero de 2010

Año nuevo 2010, Anita

A la mañana siguiente llamé a Anita por teléfono y me contestó como si nada hubiera pasado. Yo que esperaba la clásica niña escandalosa que me iba a hacer sufrir por una semana sin contestarme para finalmente aceptar salir conmigo como si yo le debiera algo. La verdad me hice problemas por gusto. No nos vimos hasta después de Navidad, pero estuvimos hablando por teléfono. Me dijo para hablar por Messenger pero casi nunca tengo tiempo para entrar y con la navidad y la visita a los parientes casi no anduve conectada.



Cuando por fin nos vimos, estaba amable y parlanchina. Su voz suave y dulce, también podía ser dicharachera, ácida, con tonos altos y bajos y juguetona a más no poder. Hablamos durante horas con una pizza entre nosotras y una botella de vino, hablamos tanto que cuando vi por la ventana y ya estaba amaneciendo. Me llevó en su carro a mi depa y antes de subir me dio un beso suave y pequeñito, tan suave y tan pequeñito que pensé que algo andaba mal.



Durante esos días entre Navidad y año nuevo nos vimos casi todos los días, salíamos más que nada a conversar, a ver una película o simplemente a caminar. Y al final era simplemente un beso y un chau. Yo estaba empezando a desesperarme, ¿dónde estaba esa locura de la que casi me había sentido enamorada?, ¿acaso había yo hecho algo malo que la había hecho desaparecer?



Si yo había hecho algo, eso tenía que ser borrado. Para año nuevo, como era de esperarse, salí con ella. Fuimos a un bar en el centro de la cuidad, en plena Plaza San Martín, la plaza más importante de Lima, luego de la mayor. No duramos ahí mucho después de la media noche, luego nos fuimos a otros distritos de la ciudad, Anita quería pasear por todo Lima y la verdad yo también. Frente al mar, en el mirador de Barranco, ella respiró profundo y me dijo “espero no te moleste te haga pasear por toda tu ciudad, es así como yo siento que la disfruto más”; “No te preocupes, es rico verla así poco antes de desaparecer de ella por dos meses”. Su cara me asustó, tuve que explicarle que viajaría a Austria en enero, pero que sólo sería un par de meses, entonces fue cuando se acabó el chiste. Anita me cogió de la mano, me llevó hasta el primer taxi que encontró y me llevó hasta su departamento. En el camino estaba ansiosa, hasta enojada, tanto que no me atreví a decirle nada. Pero cuando llegamos al depa y me empezó a besar sentí que debía aclarar las cosas.



Te vas a Austria, me dijo, y yo perdiendo el tiempo con romances estúpidos. En ese momento comprendí todo, la abracé de la cintura y empecé a besarla. Esta vez no iba a permitir que no me dejara disfrutar de ella. Le besé el cuello, mientras le apartaba las manos de mí. Ella luchaba por apoderarse de la acción pero yo estaba tan ansiosa y desesperada que saqué fuerzas de donde no existían. La tiré a la cama y me perdí en su cuerpo. Recorrí y besé esas tetas que me había imaginado tantas veces, olí esa barriguita que había abrazado fingiendo que no me importaba, metí mis manos en ese culo que me volvía loca desde la primera vez que la vi alejándose de mí y hundí mi nariz y mi lengua en ese pubis dulzón y maravilloso que había estado tantas veces prohibido para mí. Después de un rato pude sentirla reventar en un orgasmo maravilloso y por fin sentí el placer de darle placer a esa mujer que tanto me había dado en la cama, que tantos sueños húmedos me había regalado y que tanto había alucinado.



Me eché a su lado mientras ella se recuperaba. Tenía una sonrisota enorme en la boca y su pecho todavía subía y bajaba agitadamente. Cuando recuperó el aliento volteó y me preguntó que por qué me iba a Austria,



-Nada, le dije, es un trato con mi papá. Él me mantiene, y yo trabajo en recuperar el tiempo perdido dos meses al año allá en su patria, por eso saqué el pasaporte, ¿te acuerdas?



- ¿Y cuándo viajas?



- El 13



- Entonces no tenemos tiempo qué perder...

Esta historia no está completa, pero prometo mañana contarles lo que falta. Hoy tuve un problema.


Hola: si quieres compartir algo conmigo, fotos, dibujos, historias, etc, escríbeme a lulunaluna@gmail.com. También me dices si quieres que lo publique y bajo qué seudónimo (me reservo el derecho de edición)

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