lunes, 14 de diciembre de 2009

Eva

Esta es otra historia que me mandaron, espero les guste.


Conocer a una mujer como Eva más que una suerte, es un privilegio. Si además la conoces como en mi caso, virgen y sedienta de saber; es una locura de sexo y desenfreno.
Conocí a Eva con 16 años, bueno primero conocí a su hermano, pero ella tomó protagonismo al instante. Era de esas chicas de belleza delicada que en un primer vistazo puede pasar desapercibida, pero en el segundo vistazo te captura para siempre.
De senos de mantequilla coronados por rosados pezones, de cadera de melocotón con la curva justa para servir de asidero y uno de los sexos más hermosos y estrechos que he conocido.

Me entregó sus primeras pajas, sus primeras mamadas y su virginidad, me consultó en cada relación sexual que tuvo y llegó un momento en el que la alumna superó al maestro.

Nuestros caminos fueron distanciándose y pasaron muchos años sin contacto. Volví a coincidir con ella unas semanas antes de que se casara y, como si el tiempo no hubiera pasado, no pudimos evitar desnudarnos. Redescubrí y besé cada rincón de su cuerpo y me regaló dos corridas bestiales. Ella, por su parte, encadenó 6 maravillosos orgasmos que me trasladaron a otros tiempos. Nos despedimos con un breve beso en los labios y nuestros caminos volvieron a separarse, esta vez sí con la sensación de que era definitivo.

Pero el azar es caprichoso y este verano en una concurrida playa, me distraía mirando a una hermosa joven que de espaldas se quitaba una blusa blanca quedándose con un precioso bikini naranja, un culo precioso, unas piernas lindas y blancas y una cintura de locura. Cuando se volvió, nuestros ojos se cruzaron de nuevo. Allí estaba Eva con su marido, con su hermoso cuerpo y con ese coñito delicioso ligeramente marcado por su bikini. Me miró pero enseguida se sentó y se puso a charlar con él.

No pude quitarle la vista de encima, recordaba muchas cosas, colores, sabores, olores y todo me venía a la mente provocando en mí un embarazoso empalme. A la media hora se levanto sonriendo a su marido y se puso a caminar hacia el bar de la orilla, su mirada me invitó en decimas de segundo, nadie habría visto nada raro ni en su contoneo como una gata, ni en su sensual mirada. Me levanté y aceleré mi paso para alcanzarla cuando dejaba la arena.

La miré a los ojos: "¿Sigues siendo mi putilla?" No me miró para responder:"Fóllame, por favor".
Gracias a la hora y el bullicio creo que nadie noto que entrabamos juntos al baño, ella delante.
Sin tiempo de cerrar la puerta ya tenía su espalda apoyada en mí y su trasero masajeándome la polla. "¿Que me vas a hacer?", ronroneó. La cogí de las muñecas y la apoye en la pared con los brazos en cruz ... "¡No te muevas!", solo bajó la cabeza aceptando como siempre, atrapé sus tetas desde atrás apretándolas y frotando esos pezones que sabía tan sensibles, alternando la fuerza con caricias. Se las saqué del bikini y azoté sus pezones, gimió y busco frotar su culo conmigo. Me detuve y azote su trasero, "No hagas nada que no se te diga, zorra" , se detuvo al instante gimiendo. Aparté la braga de su bikini, ya estaba empapada, como siempre. Con mis pies separé sus piernas y azote suavemente su sexo, con cada azote no podía evitar que su cuerpo se estremeciera.

Ya no necesitaba muchas invitaciones puse mi polla en la entrada de su coño, seguía deliciosamente estrecho, solo le metí la mitad mientras mi mano derecha jugaba con ese clítoris que tan bien conocía. "Métemela por favor", estaba a punto de llegar a su primer orgasmo. Se la saqué le encajé la braga del bikini en el culo y en el sexo "Date la vuelta y chúpamela zorra, y ni se te ocurra al tocarte mientras me tragas desencajarte el bikini"

Se arrodilló golosa y empezó la mamada mientras tiraba del bikini para frotarse con él el clítoris, la agarré de su hermosa melena y le follé con autentica pasión la boca, en cada embestida cerraba los ojos y recordaba todas las veces que había estado así, los abrí cuando su ritmo aumentó y vi como se corría.

La levanté todavía con los ojos vidriosos y le quité la parte de arriba del bikini, "quítate la braga y límpiate los jugos con ella antes de tirarla". Mientras lo hacía solo acertó a decir "azótame por favor" Volví a ponerla de espaldas y la agache quedo con las piernas abiertas completamente expuesta. Se la metí de un solo golpe y en cuanto dio un respingo de la impresión, comencé a azotarle el trasero con mi mano abierta mientras iba alternando entradas suaves con embestidas violentas. Sólo tuve que cogerla del pelo y estirárselo hacia atrás para notar cómo su presión en mi polla crecía y volvía a correrse. "Sigues siendo una zorra maravillosa", me miró a los ojos "La mejor, déjame verte mientras te corres" Se la saque para abofetearla “Como quieras cielo ", le di la vuelta y puse una de sus piernas sobre la taza.
Volví a colarme en su interior mientras gemía "no pares por favor, fóllame, quiero ver tus ojos cuando te corras". Acaricie su culo, su hermoso culo, mientras iba metiéndosela cada vez más adentro y más fuerte. La azoté en las piernas, en los pechos mientras su mirada seguía clavada en mí. Amasé su trasero y pellizque sus pezones mientras notaba que aflojaba las piernas de nuevo y notaba como se corría, sus flujos empapaban el interior de sus muslos.
No pude evitar sacársela y volver a sujetarla con los brazos en cruz mientras me agachaba a colgarme de esa cueva que tan ricos sabores me había dado. Deslice mi lengua entre sus labios empapados mientras ella tenía que apoyar su vientre en mi para no caerse. Mi lengua la visitó por dentro arrancándole su miel mientras la oía gimoteando apoyada en mí, su coño parecía querer alejarse de mi lengua y en cuanto la notaba fuera, sus caderas giraban con fuerza regresando e intentando clavársela más adentro. No aguantó mucho y cuando lo noté con dos azotes en sus nalgas se corrió en mi cara y solo acertaba a decir "por favor, por favor ... métemela"

Le puse una pierna a cada lado y mientras volvía a entrar notaba cómo su coño se estremecía para recibirme, se colgó de mi cuello para poder coger fuerza y bailar sobre mí, su culo persiguió mariposas en el aire mientras su coño daba y quitaba presión sobre mi polla. Su mirada no se apartaba de mí y cuando note que no aguantaba más mordí su cuello mientras me vaciaba en su interior y sin acabar de escurrir ella volvía a correrse mientras alzaba sus piernas de un salto y las enrollaba en mi cintura como una serpiente.

Estuvimos abrazados y encajados hasta que alguien llamo a la puerta. Nos miramos en silencio mientras ella intentaba limpiarse con papel y se vestía y yo me acomodaba el bañador.

La miré a los ojos "Gracias nena eres fantástica", “Nos veremos de nuevo" no supe si era pregunta o afirmación. Besé sus labios y la sorbí despacito mientras acariciaba su culo y salía sin decir nada.

Volví a la arena y me senté a los cinco minutos apareció ella, deslumbrante como el sol, se tumbó junto a su marido y alcancé a verla suspirar antes de que se tumbara.

Hola: si quieres compartir algo conmigo, fotos, dibujos, historias, etc, escríbeme a lulunaluna@gmail.com. También me dices si quieres que lo publique y bajo qué seudónimo (me reservo el derecho de edición)

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