Este texto me llegó hoy a mi correo, aquí lo comparto con ustedes. Amigo escritor; he recortado los nombres de tus amigos porque no quiero crearte problemas. Un beso y espero que no te moleste mi edición, he tratado de mantener tu historia lo más intacta posible, ;)
He leído tus relatos, tus historias llenas de erotismo, cargadas de tanta calidez que no he podido evitar el emocionarme. Si, emocionarme y mucho, unas tres o cuatro veces para ser más concreto, y decidí mandarte algo por si te gusta, o te interesa. Con respecto a la publicación, puedes hacer con él lo que quieras, sólo deseo compartirlo contigo, ya tú decides que hacer.
Desde pequeño, siempre tuve la habilidad de imaginar cosas con gran nitidez y con gran lujo de detalles. La desarrollé porque mis padres no eran partidarios de que saliera a jugar a la calle como el resto de los niños, así que, interpretaba el papel de mis batallas con mis soldaditos, o el oficio de los conductores de mis coches de juguete, con mucha rigurosidad, y, ni siquiera la televisión, era capaz de despistarme en cada nueva historia que emprendía en el suelo de mi cuarto con mis herramientas imaginativas.
Pero bueno, esto es lo que te quería contar. Era una fiesta sorpresa, un cumpleaños de alguien que no me iba, ni me venía, pero los amigos estaban allí, era fin de semana y con comida y bebidas gratis, así que me dije ¿por qué no?
Me presenté allí, y me mezclé con la gente, me presenté con los que no conocía y di los abrazos y apretones de manos respectivos luego, fui a la cocina para servirme una cerveza bien fría, ya que el sol en la terraza era bien fuerte. Vestía una camisa de manga hueca azul marino, pantalón pirata (por debajo de las rodillas), y zapatillas de caucho, y aun con la poca ropa que llevaba, las gotas de sudor corrían por mi espalda.
Como siempre llegó el momento de tomar fotos, las cámaras fotográficas siempre están ahí para inmortalizar momentos como estos, así sea la clásica foto en la que todos pretenden ser felices por un par de segundos. En un momento, me tocó tomarme una foto con los amigos que tenía cerca en ese momento, Ja, Lo, Ric y su hermosa novia, Ri, la mujer más hermosa de la fiesta, que suerte tenía Ric de haber conseguido ser su noble caballero. Ella vestía un short rojo, bien, bien, bien corto, que ceñía muy bien todo su contorno, su cintura de avispa, sus insultantes nalgas y su entrepierna que parecía hablar cada vez que caminaba, una camisa de manga hueca negra, que dejaba media espalda al descubierto y moldeaba sus senos de tal forma que parecía no llevar nada puesto, sin sujetador, por supuesto, y unas gafas de sol que impedían verle los ojos, pero eso no importaba porque ya todos conocíamos esos penetrantes ojos que Dios le había dado.
Así pues, nos colocamos todos para que nos sacaran la fotografía, Ric y Ja en el centro, Lo y Ri, delante, y yo a la izquierda de Ric, nos apretamos bastante para poder entrar en la foto y un segundo antes de escuchar el clic de la cámara, sentí como un brazo rozaba mi miembro por encima del pantalón, ufffffffffffff, me quedé helado, de los 35 grados que soportábamos, sentí que bajábamos a -20, y sacaron la foto, pero el fotógrafo, no contento pidió que volviésemos a posar, porque Javi había salido con los ojos cerrados, y así fue que, otra vez todos juntos, y otra vez, un segundo antes del clic, ese brazo rozándose contra mi miembro, yo ya no sabía que hacer, así que, una vez se acabó el "momento foto", engullí aquella cerveza de tres tragos y me fui derechito a la cocina a buscar otra. Pero no llegué a la cocina porque oí la voz de Ri pidiéndome que la esperara, que ella también subía, y esperé, como un campeón allí de pie viendo como sonreía a Ric y le decía que ya venía.
Pues bien, comenzamos a subir los dos a la cocina y ella me pidió que le sirviera un refresco con dos piedras, que ahora venía que tenía que pasar por el baño, y así lo hice, saqué mi cerveza, saqué la cubitera con los hielos, los pincé con una tenaza, los volqué en su vaso, bordeado de carmín rojo, y justo antes de servir el refresco, oí como su voz me llamaba, yo la seguí al baño claro está: "puedes cerrar la ventana de este baño?", me preguntó con voz melosa, “por su puesto” respondí, mientras alargaba mis brazos para bajar la persiana, y justo en ese momento, sentí como algo también tiraba de la cremallera de mi pantalón, sin bajar la mirada, y con el corazón a cien, sentí como una mano amiga entraba dentro de mis slips y agarraba mi miembro, caliente y palpitante, lo juro, era como si mi corazón hubiera bajado hasta mi pene, y como si toda la sangre de mi cuerpo se concentrara en él, Dios, qué situación, la gente reía, cantaba, se sacaban fotos por la terraza, y yo, en aquel cuarto de baño de dos por dos, con la mujer más deseada de la fiesta, por un segundo pensé “esto no me lo iban a perdonar en la vida”, pero cuando bajé mi mirada y mis ojos se encontraron con los sullos pensé, "ni falta que hace que me perdonen", y así, de esta guisa, dirigí mis labios a los suyos, y comenzamos a comernos como dos leones hambrientos, nuestras lenguas espadeaban por ver quién entraba primero en la boca de quien, mis dientes mordían sus labios, ella, con su lengua mojaba los míos, y su mano aún estaba donde al principio, solo que ahora comenzaba a manejarme, despacio, en suaves y cortos movimientos, el cuero de mi glande de atrás hacia adelante, así, una y otra vez, podía sentir cómo sus senos se iban, poco a poco, agudizando, mis manos agarraron sus nalgas fuertemente, como queriendo separarlas, ella me despojó de mi pantalón y agachándose, comenzó a jugar con mi glande, que estaba enorme, en la vida lo había visto así, tan rojo, tan caliente, tan palpitante, enjuagándolo en su boca, lo succionaba una y otra vez, una y otra vez, mis piernas flaqueaban, el sudor corría por mi pecho y mi camisa, mis manos buscaban de donde agarrarse. De pronto, sentí un tremendo balonazo en mi cara, y desperté, vi como los capullos de mis amigos jugaban a un partido de futbol en la piscina, y como reían al verme ahí pasmado, quieto, ido, como si me hubieran sacado de alguna parte, diciéndome, pidiéndome que reaccionara, y fue así como terminé mi segunda cerveza, me quité mi ropa, y fui a jugar con ellos, pues tanto calor no era bueno ni para siquiera soñar despierto...
Y así acaba este relato, espero te guste, y lo dicho, haz lo que quieras con él, solo una cosa, si lo publicas, YO NO EXISTO, gracias y muy amable por leerme, ah, una cosa más, sería mucho pedir el poder ver una foto tuya con ese traje verde?, jejeje, un besote guapísima...
uum, mi vestido verde esperará, pronto podré poner fotos, por ahora, paciencia.
Hola: si quieres compartir algo conmigo, fotos, dibujos, historias, etc, escríbeme a lulunaluna@gmail.com. También me dices si quieres que lo publique y bajo qué seudónimo (me reservo el derecho de edición)
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